jueves, 13 de marzo de 2014

Tenemos una responsabilidad.

Tenemos una responsabilidad como consumidores que somos, también tenemos un poder ya que las empresas dependen de lo que compremos.
El concepto de Consumo Responsable es muy amplio, como lo es la propia actividad de consumo. Un consumo ético significa que se introducen valores a la hora de optar por un producto u otro que necesitamos.
Un consumo ecológico es, por ejemplo, ahorrar papel, agua, luz, reducir, reutilizar o reciclar. También son imprescindibles la ganadería y la agricultura ecológicas, porque nos ayudan a ahorrar y sus productos son más saludables y sanos.
Un consumidor responsable consume menos y lo que consume es sostenible. Comprar implica una necesidad o un deseo, pero también activa toda una serie de procesos económicos, sociales y medioambientales.
El consumidor a la hora de comprar tiene que tener en cuenta sus posibilidades económicas reales y después elegir un producto, no sólo por su calidad sino también si es respetuoso con el medio ambiente.

El consumo responsable es una actitud que también se ejerce en nuestras casas. Debemos de responsabilizarnos como personas individuales a la hora de cuidar y mejorar el entorno. Todo ello hace que mejore la calidad de vida del colectivo.


Mari Gutiérrez

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